La vida es como una película, en la cual los protagonistas
van pasando por orden de prioridad y cronológico.
Nunca olvidaremos a los protagonistas que han ido pasando
por nuestro pequeño cortometraje, la primera persona que nos dijo que era el
amor, la primera persona que nos dijo que era la amistad, la primera persona
que nos enseñó a besar, la primera persona que nos enseñó a abrazar. Alomejor
ya ni nos acordamos de quien nos enseño que los lunes no gustaban nada y los
domingos eran mantas y películas. Alomejor ya no nos acordamos quien nos enseñó
a atarnos los zapatos y a desabrochar botones en cuerpos ajenos.
Nunca olvidaremos a los antagonistas, a los villanos de
nuestra pequeña historia, pero si algo he aprendido de ellos, es que los malos
no son tan malos y los buenos no son tan buenos, solo que el guion no es el
mismo para todos. Adiós a las decepciones, a los no radicales, a los besos
perdidos, y las promesas rotas. Adiós a las noches de desvelo y a las ecuaciones
irremediables.
Tu eres el director de tu propia película, deja dentro de
ella a las personas que sacan lo mejor de ti, deja entrar a las personas que te
traen mil primaveras.
amalia