saque a mi corazón de mi pecho y le puse la luz de mi linterna en la boca,
alumbre a su latido y le pedí de rodillas que confesase,
que confesase porque esta noche lo vi discutir con mi cabeza,
le pregunte porque escupía sangre a mis palabras,
porque el sabe bien que las bombas se echan fuera de casa.
ni las ideas regresaron a la boca de mi cabeza, ni los latidos dejaron de entrar ni un milímetro de lógica.
y nadie pidió perdón.
amalia.
verso a verso
Pulsaciones
martes, 22 de julio de 2014
jueves, 17 de julio de 2014
DIGO NO.
el niño llora por ver a su padre levantándole la mano al respeto,
dos ancianos de la mano, miran su nido vació y juguetes rotos,
la esposa huele a perfume barato en su armario, huele a roto, a decepción,
el marido, pierde las riendas, cae de la cuerda al precipicio.
la niña juega al fútbol en el patio de atrás, y el niño peina a sus muñecas con un peine invisible,
el niño mira su piel y se castiga, la hamburguesa escupe complejos y los programas basura alimentan cerebros cada día.
el policía llora porque su placa escupe corrupción y el profesor, porque ya no hay tizas, ni educación.
la jardinera guarda las malas hiervas,
el portero mide las faldas cortas y no las lenguas largas.
el torero prefiere las corridas con sangre,
con orgullo nacional.
sin camas, ni amor,
prefiere predicar el dolor.
el mundo es redondo, quiero que caiga esto,
que exista la esencia,
el respeto,
los valores.
amalia
dos ancianos de la mano, miran su nido vació y juguetes rotos,
la esposa huele a perfume barato en su armario, huele a roto, a decepción,
el marido, pierde las riendas, cae de la cuerda al precipicio.
la niña juega al fútbol en el patio de atrás, y el niño peina a sus muñecas con un peine invisible,
el niño mira su piel y se castiga, la hamburguesa escupe complejos y los programas basura alimentan cerebros cada día.
el policía llora porque su placa escupe corrupción y el profesor, porque ya no hay tizas, ni educación.
la jardinera guarda las malas hiervas,
el portero mide las faldas cortas y no las lenguas largas.
el torero prefiere las corridas con sangre,
con orgullo nacional.
sin camas, ni amor,
prefiere predicar el dolor.
el mundo es redondo, quiero que caiga esto,
que exista la esencia,
el respeto,
los valores.
amalia
INMENSA BREVEDAD.
los polvos de su nariz rompen el tabique de su hogar,
las tarjetas no funcionan y se pasa de la raya cada noche, mientras su madre llora y él y él.
el sudor le da las buenas noches y en el techo solo hay blanco, solo blanco,
paranoia, delirios y sesos.
y en mi cabeza un, no te olvido.
y en mi cabeza un, no te olvido.
amalia
miércoles, 23 de abril de 2014
EL SILENCIO.
cuando llega la noche, el silencio me grita todos los interrogantes existentes.
todas las cosas que quise y no hice, galopan en la cuerda floja de las doce en punto,
todas las cosas que quise y no hice, llaman a mi puerta y el equilibrio abre con sigilo.
El silencio me besa en la nuca y me da las buenas noches.
amalia
todas las cosas que quise y no hice, galopan en la cuerda floja de las doce en punto,
todas las cosas que quise y no hice, llaman a mi puerta y el equilibrio abre con sigilo.
El silencio me besa en la nuca y me da las buenas noches.
amalia
NUESTRA ALEGRÍA. NOSTALGIA.
Dentro de mi cabeza conservo un baúl,
lo abre mi insomnio mas de una noche,
lo abre mi poca memoria,
lo abren noches largas y deseos sin velas.
Todavía mi mochila huele a plastidecor y parece ayer mi primer día de colegio.
Dentro de mi cabeza hay un tesoro que son mis recuerdos;
que más da si blancos o negros,
al fin y al cabo son míos, y los quiero,
que más da si son blancos o negros,
si lo vivido es aprendido y lo llorado ya está seco.
La nostalgia a veces nos recuerda que estamos creciendo.
amalia
lo abre mi insomnio mas de una noche,
lo abre mi poca memoria,
lo abren noches largas y deseos sin velas.
Todavía mi mochila huele a plastidecor y parece ayer mi primer día de colegio.
Dentro de mi cabeza hay un tesoro que son mis recuerdos;
que más da si blancos o negros,
al fin y al cabo son míos, y los quiero,
que más da si son blancos o negros,
si lo vivido es aprendido y lo llorado ya está seco.
La nostalgia a veces nos recuerda que estamos creciendo.
amalia
jueves, 27 de marzo de 2014
A(CAVANDO).
Y tanto me busqué que ni me encontré,
y tanto me odie que me acabe queriendo,
y tanto me culpe que me acabo pesando.
y tantas veces intente rescatarme que acabé desesperando,
y tantas veces intente calmarme que acabé. y acabé. y acabé
y cave un agujero en mis adentros, saque todo lo que acabó.
y tanto acabo, y tanto cavé y tanto saqué,
que ahora grito porque ya no hay nada que me impida acabar con lo quiero.
amalia
RAICES
viaje del vientre de mi madre a las manos de una mujer desconocida,
viaje de la cuna a la cama,
viaje de los brazos de mi padre una almohada vieja,
viaje del Rey León a la vida es bella,
viaje de los colores a las responsabilidades,
viaje de los brazos de mi abuela al ibuprofeno,
viaje del recreo al cigarro apurado,
viaje de la inocencia a la desidia,
viaje del biberón al ron,
viaje de las canicas a bailar sobre circulos
viaje de la navidad a la ironía
viaje de las sonrisas a las caretas
viaje del tobogán al precipicio,
viaje de los misterios a la rutina
viaje del cuento a las historias
viaje de los gritos a la madurez
y tanto viaje, que los kilómetros de cada viaje golpean mi cabeza recordándome, que mis alas hacen que no tema al precipicio.
y tanto volamos, que las plumas que se cayeron nos llevan a los brazos que nos aprietan y nos recuerdan que la vida es ahora.
amalia
viaje de la cuna a la cama,
viaje de los brazos de mi padre una almohada vieja,
viaje del Rey León a la vida es bella,
viaje de los colores a las responsabilidades,
viaje de los brazos de mi abuela al ibuprofeno,
viaje del recreo al cigarro apurado,
viaje de la inocencia a la desidia,
viaje del biberón al ron,
viaje de las canicas a bailar sobre circulos
viaje de la navidad a la ironía
viaje de las sonrisas a las caretas
viaje del tobogán al precipicio,
viaje de los misterios a la rutina
viaje del cuento a las historias
viaje de los gritos a la madurez
y tanto viaje, que los kilómetros de cada viaje golpean mi cabeza recordándome, que mis alas hacen que no tema al precipicio.
y tanto volamos, que las plumas que se cayeron nos llevan a los brazos que nos aprietan y nos recuerdan que la vida es ahora.
amalia
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