Después de un largo paseo por las calles olvidadas de tu mano, de unas cuentas risas improvisadas en alguna esquina, unas cuantas cervezas que cuanto mas me mirabas mejor me sabían, después de gastarme con tu mirada y yo desnudarte con la mía, llego la hora de ir a casa, yo te acompañe, te di todos los besos que le faltaban a esa casa, hicieron una fiesta mi locura y tu impaciencia, tus besos no era besos eran sueños, perdiste la ropa, como se pierden cada otoño las hojas al caer y por fin me hiciste lo que la primavera le hace a las flores. Te abrace fuerte, disfrutando con cada latido, como si fuese el ultimo, por fin le pusiste un altavoz a tu corazón. Al día siguiente me desperté abrazada a tí, tu aún dormías,y estabas mas preciosa que nunca, me volví a recostar con la tranquilidad de que no te moverías de mis brazos y pare todos los relojes esta ciudad, entonces comprendí que en ese momento la palabra felicidad se quedaba corta.
amalia
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