Uno por cada recuerdo inventado, dos por cada una de las camas que deshicimos, tres por cada beso antes de dormir, cuatro por las veces en las que me dejaste sin aliento, cinco en las que mi locura tomo café con tu cordura, seis por las noches en las que las paredes se taparon los ojos, siete suman los poemas escritos cada día de la semana, ocho por tus cafés que paraban cada latido, nueve tus ojos expertos en hablarme cuando el silencio retumbaba en mi cabeza, diez por las veces en las que el amor no cabía dentro de la cama.
Prometo seguir contando si vuelves a parar el tiempo.
amalia.
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