Pulsaciones

sábado, 7 de mayo de 2011

Des-afortunada.


Ella, culta, no se echa la culpa de a ver nacido en un lugar donde se sepultan a millones de mujeres, donde la marabunta es algo rutinario, como la hora punta en el metro de Madrid. Se pregunta porque la insultan, piensa que es porque no conjunta o porque lleva adjunta su presunta etiqueta.
El, hambriento, desesperado por buscar alojamiento, y cansado porque yace ya sin aliento, dentro de ese cajero mugriento, ausente de miradas de libre pensamiento, pasa las horas recordando el dia de su nacimiento cuando las miradas eran sinceras y cortaban hasta el viento.
Yo afortunada, abrazada muy fuerte a mi corazonada de cambiar un poco esto, de tapar miradas con odio y cerrar bocas con veneno, aferrada a mi sueño, agarrada a mi tolerancia y sacrificada por construir sonrisas.
amalia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario